¿Por qué debería de importarme la victoria de Joe Biden? Y, depende, todo depende, he’i Pau Donés. Una vez gané un concurso de relatos, creo que poemas, con un texto que era un homenaje (!) a esa gran canción de Jarabe de Palo. Pero bueno acá estamos para las posiciones firmes, las convicciones marcadas y las risas grabadas.
La verdad es difícil definir desde mi punto de vista si a alguien más debería de importarle quién será presidente del Mundo (?) por los siguientes 4 años. Por cierto, va a ser Joe Biden, un político que reivindica a los políticos de algún modo. Biden vivió varias vidas, a consecuencia de varias tragedias, esas que obligan a alguien a cambiar y seguir adelante. Y así, quien fuese uno de los senadores más jóvenes en ser electos, ahora llega a la última parte de su vida al cargo más importante en esta disposición del globo geopolítico como conocemos hace al menos 30 años.
¿Me van a pegar mucho por esa última línea y tratarme de zurdo? Me van a pegar mucho por esa última línea y tratarme de zurdo. Ahora, preguntame si me importa.
En fin, Biden es fuera de contexto en vídeos cortos un anciano casi senil, y en discursos largos -como el de su confirmación como presidente-, un orador con intenciones de sanar a una nación cada día más dividida, y en donde Internet por cierto, juega un papel fundamental de estas distancias; desde la total capacidad de absorber ideas tan ridículas como imaginativas que tiene cierto grupo de usuarios, casi siempre identificados con la derecha, hasta la escasa capacidad de empatía y construcción que tienen aquellos usuarios más progresistas, más en pose de superados que de otra cosa, como para ofrecer evidencia, escuchar y asistir a comprender.
Biden agarra un país en una lucha del carajo a nivel silencioso (no de nuevo decía) ante la imparable China de Xi, y la maquinaria calculadora del despótico Putin. Eso para afuera, para adentro bajar un “touch” la discusión racial, ver cómo funcionan ciertos experimentos como lo de Oregon con las drogas, y principalmente reducir el impacto de la pandemia de Covid-19. Fuerza eh.
Pero ese no era el punto inicial, acá el tema es saber si tiene o no que importarme que Biden sea presidente de Estados Unidos. ¿La respuesta? No sé. Realmente no sé, lo que sé es lo que percibo sobre mis propio set de creencias. Quiérase o no, lo que se marque desde una agenda política estadounidense, tiene impacto en el país en el que uno reside, al menos con más fuerza si es en Latinoamérica. Dicho esto, yo quiero que las potencias muestren un camino de; mayor debate, de garantizar igualdad de oportunidades y derechos, y de respeto entre individuos. ¿Es Biden todo eso? No, no creo, y seguro me voy a enojar mucho cuando mande bombardear algún país lejano.
Pero es mejor que coso. Al menos tiene dos perros, y por alguna razón eso lo hace más humano y menos caricaturesco como el inquilino saliente, que no tenía “tiempo” para mascotas.
¿Votar por el menos peor? Siempre fue así, solo que con la diferencia de “estilos”, se notó más. Es una elección, no estás buscando al que tiene 99 de overall en tu jueguito favorito, estás buscando al que tenga mejores cualidades que el otro nomás. Para vos eh, para vos.
La postura casi infantil de Trump mediante redes sociales, es el capítulo final -al menos de esta temporada- a una fantasía televisiva convertida en realidad política. Estados Unidos llamaba a otros países a reclamarle que se respete el proceso democrático, por mucho menos que las declaraciones del 45 presidente de la gran nación del Norte.
De nuevo, me importa que gane Biden, porque tengo intereses, personales, particulares, muy relacionados a la libertad, muy californianos probablemente, porque la experiencia de crecer consumiendo productos estadounidenses, haber ido por trabajo y comer las mejores hamburguesas del mundo a 2 dólares, convierten a ese país de grandes sueños en mi “aspiracional”. Ah, y porque me parece cómico el momento en las redes, con la gente y también con periodistas, que se pararon bien recostados por el carril derecho y empezaron a bombardear con centros que no caerían en las cabezas de personas cuyo cráneo proteja neuronas activas.
Es divertido, la alternancia es así. Si perdía Biden y decía que hubo fraude, exponiendo tan escasos elementos como para generar una controversia real, me hubiese parecido patético por parte de su campaña, pero qué sé yo, acá estamos para decir cosas que no diríamos en otro lugar.
Larga vida a In ‘n out.